martes, 2 de junio de 2015

ESPECTROS DE BALMES.



LA ESCLAVITUD MODERNA.

Habría que empezar afirmando que esté libro1 está fuera de cualquier catálogo actual pero muy especialmente está fuera del catálogo de lecturas de nuestra derecha ultramontana y perdonen la redundancia. Aunque el dedo en injuria de Aznar, la boca sucia de Esperanza Aguirre o los anatemas de Rouco y sus sacristanes, nos hagan pensar otra cosa, este libro nos obliga a imaginar que hubo quizá una posibilidad histórica de que la derecha española no fuera esta derechona de cortijo, recalificación urbanística y trajes de alpaca que hoy nos toca soportar.
Cabe imaginar por ejemplo una derecha que tendría en aquella democracia cristiana de Ruíz-Gimenez su santo y seña, en Pepe Bono un carismático lider y en las cuestaciones del Domund sus remedios contra el paro y los sin papeles. Con un ala dura donde militarían Rosa Diáz, Fernando Savater, Adolfo Domínguez y Alberto Rivera y con un sector reformista y cursi encabezado por José Luís Rodríguez Zapatero, Muñoz Molina, Irene Lozano y José María Ridao. Habría a su vez, ocupando los escaños del centro, un partido socialdemócrata dirigido por Llamazares, Inés Sabanés y Joaquín Sabina y en la izquierda un partido comunista con comunistas que no pidieran perdón por ser comunistas. En un contexto semejante este libro se hubiera reeditado muchas veces y sería algo más de lo que hoy es: una reliquia olvidada de un cristianismo social y paternal atravesado de buenas intenciones. Pero hay lo que hay y está claro que para que esa fábula propuesta como política- ficción hubiera sido posible, el motor de la historia del siglo XX, tendría que haber sido el incruento caletre imaginativo de un Félix de Azúa o de un Javier Cercas y no la tan tozuda lucha de clases -sangre, sudor y plusvalías- que muchos quieren dar por fenecida.
El contenido del libro de Don Miguel Sastre y Sanna (sobre quien se aclara en la cubierta su condición de Consejero Técnico en la “Conferencia Internacional del Trabajo”, celebrada en Washintong”) está bien resumido en un prólogo escrito por el Ecxmo Sr D. Ángel Osorio y Gallardo,(Ex-ministro de Fomento y ex-gobernador civil de Barcelona según se señala en portada), donde podemos leer que: “Está a nuestro alcance que los pobres sean cada día menos pobres, para lo cual es forzoso que los ricos sean cada día menos ricos; está a nuestro alcance que la riqueza sea premio de los trabajadores, y no prima de descanso para los herederos, los agiotistas y demás especies de parásitos; está a nuestro alcance que los ricos no hagan de sus bienes lo que les plazca sino lo más conveniente al interés colectivo”, o que “Espanta leer la parte de este libro, atinadamente apellidada “Martirologio social”. La ferocidad de los combatientes aparece ahí reflejada con la elocuencia de las cifras. La consideración de datos tan cruentos invita a examinar el tratamiento puesto en práctica para combatir los bárbaros desafueros del sindicalismo revolucionario. Gran parte de la burguesía catalana – y de toda España-, muéstrase encantada con la jubilación del Derecho y con usar la violencia contra la violencia. ¡Disuélvanse los sindicatos! ¡Acábese con la propaganda sindicalista! ¡Muerte a los sindicatos! ¡El mal de Barcelona sólo tiene un tratamiento adecuado: aplastar físicamente a los que la perturban! Quisiera yo saber qué pueblo ha logrado curar de manera tan expeditiva una enfermedad semejante. Porque ha de advertirse que esta delincuencia - aunque a muchos repugne reconocerlo- no tiene semejanza con la común. En los delitos de esta especie no se puede extinguir el efecto sin modificar sus causas generadoras”. Hoy tan cristiano prologuista seguramente pasaría a los juzgados bajo la acusación de complicidad con delincuentes.
Lo que asombra de este libro es la seria voluntad de llamar a las cosas por su nombre: burguesía, explotación, rencor; algo inverosímil hoy tanto en boca de la derecha como en buena parte de la llamada izquierda. El autor, que se reclama seguidor de las doctrinas de Balmes, no duda en escribir: “He aquí la principal enemiga del obrero: el capitalismo. En realidad, a su sombra, a la sombra de la riqueza, se han cometido crímenes horrendos, de orden moral, desde luego; de los que escapan a la acción de la justicia humana”, “La industria no ha perdonado medios para acumular riquezas, honradamente o no; eso ha sido lo de menos”. “Hay que hacer dinero, sea como sea. Ante esta idea, se ha contratado con los obreros, y sobre todo con las obreras, el trabajo a destajo o a tanto por pieza, y luego, poco a poco, se le ha ido rebajando de tal modo, que ha llegado a convertirse en una villana, inicua explotación”.
Pues si esto escribió un discípulo de Balmes, parece que sería muy conveniente regalarle al muy católico Rouco sus obras completas para que las excomulgue por cristianas. Aunque dados los aires reformistas del Papa Francisco vete tú a saber si el Vaticano no propicia su reedición con prólogo de Juan Manuel de Prada.

1 LA ESCLAVITUD MODERNA. Martirologio social. (Relación de los atentados y actos de “sabotage” cometidos en Barcelona, y bombas y explosivos hallados desde junio de 1910 hasta junio de 1921). Miguel Sastre y Sanna. Librería Ribó. Barcelona 1921

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