Los intelectuales
orgánicos contra las luchas sociales
Pedro Echeverría V.
Rebelión
1. Murió en México ayer 17, el
novelista y escritor colombiano Gabriel García Márquez. Fue muy
amigo del dirigente cubano Fidel Castro y al parecer de la ortodoxia
marxista y socialista. Por ese hecho fue acusado por los
“intelectuales orgánicos” de México y el mundo, de oportunista
y/o iluso “por no hacer caso a la construcción de un régimen
autoritario en Cuba ni a la represión de los intelectuales en la
Isla”. Dudé en algún momento, pero luego pensando en el bloqueo
económico mundial decretado 1962 y la agresión imperialista y que a
partir de 1989 –al desplomarse la URSS- los EEUU quedaban como amos
del mundo, sin contrapesos internacional, ví que García Márquez
tenía razón. No era simplemente criticar sino entender.
2. Hace algunos años escribí haciendo
fuertes críticas a los pronunciamientos de Fidel Castro y Hugo
Chávez acerca de sus posiciones sobre las FALC que venían y vienen
confrontándose desde 1964 contra el gobierno colombiano que
encabezaba entonces el fascista Álvaro Uribe. Pero fue al
intelectual Carlos Monsiváis –quien se fue con todo contra las
FALC- a quien puse como ejemplo de “intelectuales” mexicanos,
como Aguilar Camín, Enrique Krauze, Jorge Castañeda, que para estar
bien con “el príncipe” y con el imperio de EEUU, se han dedicado
a criticar con saña todos los movimientos políticos de oposición
real. El artículo que sigue lo elaboré hace cinco años y fue
publicado por el periódico digital venezolano Aporrea y otros.
3. El escritor mexicano Carlos
Monsiváis lamentó en entrevista con el diario El Espectador que la
izquierda mundial se haya tardado varios años en condenar la
práctica del secuestro por parte de los grupos rebeldes colombianos.
En entrevista dijo que los secuestros, desde el principio, debieron
haber conllevado el reproche de toda la izquierda mundial" y
consideró que "esa tardanza fue dolorosa". Señaló que el
año pasado (el ex presidente cubano) Fidel Castro descubra la
existencia de los secuestros, y lo repruebe, me parece una triste y
grave tardanza. Calificó la práctica del secuestro por parte de las
rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el
Ejército de Liberación Nacional (ELN) como una "negación"
de la izquierda democrática.
4. ¿Duele al laureado escritor
“progresista” que las FARC y el ELN tengan políticos
derechistas, militares y policías secuestrados y no quiere darse
cuenta que en las mazmorras del gobierno de Álvaro Uribe hay
alrededor de 800 presos políticos de las FARC? ¿Olvida el escritor
que las FARC han liberado a más de 15 secuestrados y el gobierno de
Uribe en vez de liberar a sus presos se ha dedicado a asesinar a
guerrilleros? ¿Desconoce que en México el gobierno de Calderón ha
condenado a los presos de Atenco, de Oaxaca, de Querétaro y ha
asesinado a otros tantos inocentes? La realidad es que esos grandes
intelectuales que son muy queridos por los gobiernos, lo primero que
deberían exigir es que no hayan presos políticos ni represiones
para que no hayan secuestros ni violencias.
5. Los miles de levantamientos
indígenas en la Nueva España contra la dominación, así como las
luchas de Independencia, de Reforma, contra el Imperio y la
Revolución no tuvieron nada, absolutamente nada de pacíficas.
Fueron movimientos guerrilleros y guerrillas urbanas que lanzaron
piedras, palos, balas, usaron machetes y cuchillos para poder
defenderse y luego someter a las clases dominantes. ¿Quieren acaso
los laureados escritores que el pueblo lance flores perfumadas a los
gobiernos, ejércitos y policías que los reprimen y asesinan?
¿Debieron los ferrocarrileros, los maestros, los estudiantes de 1968
y de 1999, los indígenas del EZLN, los miembros de la APPO, los
atenquenses, arrastrarse en vez de luchar contra los gobiernos de
López Mateos, Díaz Ordaz, Echeverría, Salinas, Fox y Calderón?
6. Algunos escritores han querido
mostrarse en el mundo como muy sensibles, muy humanos, muy
demócratas, muy correctos, pero por encima de todo, muy amigos de
los gobiernos y del sistema establecido. Dicen estar contra los
excesos y los radicalismos, pero siempre terminan defendiendo al
sistema que les ha dado cobijos, premios y reconocimientos. No pueden
olvidar que los premios siempre los otorga el poder a sus amigos e
incondicionales; por eso son críticos, pero sin rebasar lo que el
poder puede soportar. También por eso mismo se dedican a condenar
todas las luchas anticapitalistas y fuertes que busquen extirpar de
raíz el sistema de dominación. ¿Cuántas veces destacadísimos
intelectuales han adornado los programas culturales y las giras
internacionales de los presidentes?
7. Carlos Monsiváis es una “vaca
sagrada” entre los intelectuales mexicanos; también lo son Carlos
Fuentes, Enrique Krauze, Aguilar Camín, así como lo fue Octavio
Paz. Todos ellos han recibido decenas o cientos de premios y, al
mismo tiempo, les han brindado las mayores atenciones por los
diferentes gobiernos del país y demás grupos de poder. No hay nada
que no haya estado al alcance de ellos. Han tenido abiertos todos los
medios de información, han publicado lo que han querido, han vendido
enormes cantidades de libros y sus finanzas personales son parecidas
a las de las clases altas. Han escrito en forma maravillosa, pero
políticamente se han movido entre la socialdemocracia (lo que han
llamado “izquierda democrática”), el centrismo y la derecha.
8. Durante 50 años han sido
protegidos, o se han cobijado bajo la sombra del Estado. Sus
opiniones, siempre muy escuchadas y más de las veces atendidas, le
han servido al Estado para regular sus políticas. ¿Por qué en
lugar de exigir a las izquierdas que condenen los secuestros de las
FARC (tal como los funestos gobiernos de España y su tirano abogado
le exigen al Herri Batasuna respecto a la ETA que lucha por la
autonomía vasca), no le piden al gobierno la libertad de los presos
políticos, el cese de la persecución contra los movimiento sociales
y la distribución igualitaria de la riqueza? Los intelectuales
deberían tener todos los elementos teóricos y convincentes para que
los gobiernos pongan en práctica sus recomendaciones. ¡Cuánto bien
harían al país!
9. Si Monsiváis y los demás
intelectuales no quieren radicalismos ni violencia, si quieren
partidos civilizados y luchas pacíficas, que intervengan
directamente ante los gobiernos para que éstos no los provoquen.
Incluso López Obrador, a pesar de que en todos sus discursos y
acciones subraya siempre su carácter pacífico, ha sido acusado más
de mil un veces de ser la parte violenta del PRD y a éste partido de
ser una organización violenta. Al movimiento estudiantil de 1968,
sobre todo al de 1999, se les acusó de violentos, se les reprimió
con brutalidad y los llamados intelectuales orgánicos, muy bien
cobijados por el Estado, dieron pie en sus artículos a la salvaje y
violenta represión institucional. La condena posterior a la brutal
represión resulta una burla.
10. Al respecto el periodista Cepeda
Neri señaló en 2006, a raíz del fraude electoral contra López
Obrador, que en la disputa por el poder presidencial, los
intelectuales orgánicos o sea los que gustan de asirse a la ubre
presupuestal para gozar de los favores del "príncipe"
(asesorías, publicidad para sus revistas dizque culturales, como
Nexos y Letras libres, de Aguilar Camín y Enrique Krauze,
respectivamente; invitaciones a giras, sobre todo europeas; asistir
como "damas de compañía" a recepciones para embajadores,
comilonas con presidentes de otros países y, de plano, para platicar
con el poderoso en turno), han vuelto a la carga. Estos dos
personajes, que llegaron a encabezar a distintas mafias
intelectuales, hoy se han sumado abiertamente a la derecha
calderonista.
11. A pesar de la exquisitez de los
intelectuales, de su falta de independencia hacia el sistema para
expresar su pensamiento, de su carencia de compromiso social por
estar dedicados a cuidar sus intereses personales, confieso que
seguiré leyéndolos porque me ayudan con sus investigaciones,
recopilaciones e interpretaciones. Pero no podré olvidar que ellos
son “intelectuales” con una posición política comprometida con
el poder. Sin duda hay otros intelectuales que no han acumulado
premios y privilegios, que todavía buscan un país menos injusto o
más igualitario; que en vez de exigir un “buen comportamiento” a
los de abajo tienen un alto nivel de comprensión del significado de
las clases y las luchas ineludibles entre ellas. Los intelectuales
del siglo XXI pueden ser distintos.
Blog del autor:
http://pedroecheverriav.wordpress.com
La intelectualidad, si fuera libre (e integérrima), debería respingar ante el favor de un poder público que aún no ha dado la talla.
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