lunes, 8 de febrero de 2016

Delibes y El hereje





EL HEREJE o LA ORTODOXIA DE DELIBES.
                           Martín López Guerra. Sueltos de narrativa, 1998.

   La salida a la luz pública de una nueva novela de Miguel Delibes supone siempre la oportunidad de hacer una relectura de la tradición narrativa española pues sin duda su obra ocupa un luger significativo en ella. Ha sido, además, Delibes, un autor atento a los cambios en la sensibilidad narrativa y obras como la Parábola del náufrago constatan su capacidad para el el compromiso literario. Esta nueva novela, con rasgos de narración ambiciosa y mayor, incorporaba por tanto una alta expectativa y la esperanza de que con ella el autor vallisoletano interviniera en el autocomplaciente estado actual de nuestra narrativa. En ese sentido El hereje supone una expectativa defraudada. Su nueva novela, desgraciadamente, reitera y bendice, el horizonte narrativo dominante en nuestra novela más reciente: trama novelesca, materiales morbosos (sexo gratuito) para consumo de lectores superficiales, el género ( novela histórica en este caso) como colchón, protagonista propicio a la proyección gratificante, ausencia de conflicto narrativo, psicologismo barato, unas gotas de erudicción divulgativa y un lenguaje plano - a veces inverosimil- trufado de un castellano "sabroso" que hará las delicias de los amantes de nuestro "rico y amenazado" léxico.
Lo curioso es que Delibes no ha tenido que renunciar a si mismo. En la novela se mantienen sus constantes más claras: "el realismo de almas", el conflicto interior, la descripción detallista con regustos costumbristas, el apoyo en la obsesión reiterativa como modo predominante en la construcción de los personajes, el análisis moral de las conductas, el escepticismo ideológico y su facil pulso y ritmo narrativo para mantener el entramado argumental. Para ponerse al día, es decir, para entrar en la narrativa de las listas de libros más vendidos solo ha tenido que dar una vuelta de tuerca a lo novelesco, a eso que hoy se llama "contar historias entretenidas", es decir, historias de trazo grueso: sexo explícito y gratuito, intriga pseudopoliciíca con la Inquisición al fondo, banalización de la Historia - el erasmismo en España como simple problema de frustaciones personales- y caricaturización de los personajes. baste decir que todo el primer tercio de la novela se centra en una historia de deseo y sexo que atañe al padre del protagonista de la novela absolutamente gratuita desde el punto de vista de la necesidad narrativa.
Una lástima. Como si el autor de aquella magistral novela que es Los santos inocentes hubiera preferido la versión sobreactuada y comercialoide que se llevó al cine. Una lástima.

1 comentario:

  1. No pasé de la novena página. Me alegra leer que no fui el único que quedó defraudado. Esperaba una evolución...

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