EL
PAÍS. Este articulo apareció en la edición impresa del 18
de abril de 1998.
LA RESPONSABILIDAD
DE LA NARRATIVA
La narración es una
de las formas de construcción de la identidad. Lo que llamamos el yo
es una narración, lo que llamamos nación es una narración. El
pasado es una narración y el futuro es una propuesta narrativa
todavía no publicada. Y la narrativa, en cuanto a género literario,
es un conjunto de narraciones que se inserta en esa narración global
que llamamos historia. En cada momento, la sociedad se está narrando
a sí misma. En cada momento histórico, la sociedad parece
privilegiar a determinados narradores, ya sean los políticos, los
economistas, los artistas, los filósofos o los obispos; presenta un
punto de vista desde el que ser narrada (el social, el económico, el
estético, el religioso o el de la prensa del corazón), y en cada
momento, esa narración ofrece sus héroes o protagonistas, sus
materiales narrativos y hasta los soportes narrativos a través de
los cuales la narración se hace pública. El resultado es una
narración dinámica pero reconoci ble. Dentro de ella compiten los
posibles narradores, los posibles puntos de vista y los posibles
héroes narrativos. Hay soportes narrativos que ocuparon en su
momento un lugar de relieve: el púlpito, el teatro, la escuela, y
que hoy ceden su preeminencia a la televisión, el cine, la radio o
la prensa. La narración literaria, que es un elemento más dentro de
ese sistema narrativo global, es un conflicto en un tiempo. Ese
conflicto da paso al argumento que lo argumenta y a la trama de
personajes y acciones que lo muestra y desarrolla. A través de la
narración se le ofrece al lector la experiencia de la compresión.
Compresión en el
doble sentido del término: como acto cognitivo y como acto moral al
modo en que alguien nos solicita -"sólo pido comprensión"
- empatía más allá del juicio. Esa comprensión que parecía
reclamar hace poco el lehendakari Ardanza y que hubiera hecho con
veniente que en la Mesa de Ajuria Enea se hubiera sentado algún
narratólogo profesional, pues, al fin y al cabo, debajo de los
conflictos nacionalistas subyace siempre un conflicto entre
narraciones que se viven como diferentes, como contrarias o como
complementarias.
El modo de
conocimiento propio que caracteriza a la narrAtiva reside en
capacidad de experiencia y, por tanto, para actuar sobre las
biografías, ya sean éstas personales o colectivas, y así, del
mismo modo que decimos que la lectura alteró la biografía de Don
Quijote, el poeta lord Byron señaló que la lectura de Don Quijote
modificó la biografía colectiva de los españoles. Sobre esa
capacidad descansa el prestigio cultural de la narrativa y sobre esa
misma capacidad de intervención se levanta su responsabilidad.
En una situación
histórica como la actual, en la que la na rración global de la
sociedad se ve dominada por un único valor dominante: la
rentabilidad a corto plazo y su correlato ideológico: "sólo es
real lo que es rentable a corto plazo", a la narrativa se le
presentan dos opciones: seguir los senderos que marca aquel
pensamiento único -instalándose en una narrativa de suspense,
narcisismo y espectáculo, con unas gotas de metaliteratura- o
enfrentarse a la narración única que nos invade con propuestas
narrativas que pongan en cuestión o al descubierto sus fallos
narrativos -paro, angustia, mediocridad, usura, codicia, soledad- o
nos ofrezcan criterios de verosimilitud que no descansen en la
convención ideológica que la mera rentabilidad representa y
encarna.
Es un problema de
responsabilidad, es decir, un problema literario que recientemente
Eduardo Mendoza abordaba con certera portunidad en su novela Una
comedia ligera. Un título revelador que debería leerse con
atención antes de lanzarnos alegremente a trasplantar el slogan
aznariano, la narrativa española va bien, a nuestro campo literario.
Estimado Colectivo Todoazen, escribo de 'Kamchatka. Revista de análisis cultural', estaríamos muy interesados en contactar con vosotrxs. No hemos encontrado otra forma de hacerlo que ésta. ¿Hay algún email del colectivo al que podamos escribiros? Nuestro email es revistakamchakta@gmail.com
ResponderEliminarUn abrazo y hasta pronto