TEORÍA DE LOS CONTENTOS
El
concepto de Teoría nace entre los griegos como reflejo de una
actividad concreta y guerrera: en momentos previos a una posible
guerra los atenienses enviaban al territorio del enemigo dos
adelantados o “theoros” que con el pretexto de buscar la
concordia tenían encomendada la tarea de ponderar y calibrar los
ánimos y fuerzas del adversario. Con el paso del tiempo la Teoría
devino en un concepto relacionado con la elaboración de hipótesis
que sirven para abarcar e interpretar un conjunto de observaciones
sobre un hecho o situación.
Una
teoría no es una llegada, es la posibilidad de una partida.
Edgar
Morin
Estamos
a tres meses de unas elecciones generales cuyos resultados, sean
estos o aquellos, nos obligaran a sopesar, delimitar y acaso
redefinir las estrategias necesarias y convenientes para llevar a
cabo los objetivos que como partido comunista nos significan: la
corrosión y demolición de un sistema económico, el capitalismo,
que nos violenta y mutila al hurtarnos la posibilidad de ser dueños
de nuestra propia historia. Nos esperan (y algo nos desesperan) unas
elecciones y ahora, en medio de la apresurada refriega ideológica
con que la actualidad electoral trata (con éxito) de proclamarse
como única realidad a atender, es más conveniente que nunca volver
a reflexionar sobre el campo de batalla y las pertinencias
ideológicas de nuestros adversarios.
Una
teoría no es el conocimiento que permite el conocimiento. E.
M
Está
claro que estas elecciones van a estar determinadas por las nuevas
condiciones que la crisis del 2008 trajo consigo para una buena parte
de la
población
dando
lugar
a movimientos sociales y
políticos de protesta -15M, Mareas, PAH- y de
contraposición explícita
como
la
encarnada
por
nuevos partidos como Podemos y Ciudadanos. Dos
partidos que,
cada
uno a su manera,
aparecen
como “pescadores en río revuelto”, entran en competencia con los
partidos que hasta el momento habían
tenido
protagonismo con mayor menor relevancia, y provocan
la actual e incierta situación pre-electoral. Digo “río revuelto”
porque es evidente que la crisis trasladó a muy distintas capas
sociales daños y padecimientos que hicieron crecer estados de ánimo
de indignación, malestar y rechazo que si bien no dieron lugar a
revueltas que amenazaran la convivencia civil (los enfrentamientos de
Gamonal como excepción) sí que alteraron el mapa
y el consenso
político al
dar
expresión política y
réplica al
recortarse las aportaciones de un salario social duramente
conquistado
durante el franquismo y preservado
durante los largos años de una Transición democrática que hasta la
crisis nadie puso en cuestión. De
la
lectura de una España encantada de haberse conocido se pasó al
descontento como estado de ánimo de una mayoría que al
fin reaccionaba
y se dejaba ver como fuerza civil y moral contra la corrupción y el
desastre económico. Y en ese río revuelto y transversal del
descontento es donde la nuevos y viejos pescadores están, y estamos,
echando las redes, anzuelos y cebos electorales.
Una
teoría no es una solución, es la posibilidad de tratar un problema.
E.Morin
Para
nosotros y nosotras, los comunistas, pescar en la aguas electorales
no deja de ser un elemento táctico de alcance limitado pero
necesario en cuanto debe ser ocasión para hacernos visibles como
fuerza que impulsa el proyecto de una sociedad no construida por el
egoísmo que la rentabilidad capitalista inevitablemente insufla a
todo el conjunto social. Nosotros, los comunistas y las comunistas,
somos conscientes de que la actualidad no deja de ser un momento
transitorio de una realidad atravesada por la lucha de clases y es
ese saber el que nos evita caer en lecturas sociológicas que no
dejan ver la tierra sobre la que crecen esos famosos árboles que no
dejan ver el bosque.
Todos
lo partidos políticos, tanto los nuevos como “los viejos” están
enfocando sus campañas electorales en busca del voto de los
descontentos y descontentos hay en todos los sectores de nuestra
sociedad, tanto en la derecha, el centro o la izquierda. El PP trata
de reconducir a sus descontentos, Ciudadanos trata de asegurarse el
voto de los descontentos del centro y centro-derecha (que los hay),
el PSOE los del centro y los de centro-izquierda que se piensan como
izquierda, mientras que Podemos con su transversalidad interclasista
dirige su capacidad de seducción hacia los votantes de centro,
centro-Izquierda e izquierda, es decir, IU. Nosotros, los comunistas
y las comunistas seguimos sin embargo empeñados en mantener nuestras
categorías políticas: burguesía y proletariado y nos dirigimos no
a los descontentos sino a los explotados y oprimidos por el sistema
capitalista. No es que despreciemos categorizaciones como indignados,
precarizados u honradas gentes, por más que nos parezcan confusas.
Nos apoyamos en el patrimonio teórico que desde Marx en adelante
tenemos y repensamos. Y es desde ahí, desde la Teoría, donde nos
parece conveniente considerar, para no llevarse a decepción, que,
como la dialéctica nos dice, si todo concepto lleva en si su
contrario, debemos tener presente un factor del que apenas se habla y
teoriza: los contentos.
nos
negamos a que nos roben la alegría porque somos presente y
necesitamos ser futuro. Anabel
García, Secretaria General de la UCJE.
Cierto
que la degradación económica ha colocado en umbrales de pobreza a
una parte importante de la población pero también es bueno pasearse
por tiendas, bares y demás industrias del ocio y el entretenimiento
y observar que los contentos existir no existen pero
haberlos haylos y no son pocos. No se concluye de esto que los
contentos vayan a votar al PP y los descontentos a Podemos o IU. Hay
contentos en todas las filas y hasta se podría ironizar sobre como
buena parte de los indignados del 15M se reconvirtieron en militantes
de Podemos más contentos que unas pascuas cuando a partir de la
elecciones europeas se miraban como opción de gobierno y declaraban
que con la ayuda de la buena gente, viva la gente, lograrían
reformar radical y pacíficamente el sistema: la revolución ha
venido y nadie sabe como ha sido. De los contentos líbrenos dios
aunque mucho me temo que de ellos podría ser el reino de las urnas.
Pongamos ilusión y esfuerzo en esta batalla electoral pero no
pequemos de ilusos: hay más contentos de los que nos gusta imaginar.
Más allá de las urnas la lucha de clases deberá seguir siendo
nuestro campo de batalla. La lucha de clases como teoría, la lucha
de clases como praxis.
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