lunes, 16 de noviembre de 2015

¡Helos por do vienen, votando, los contentos!


TEORÍA DE LOS CONTENTOS

El concepto de Teoría nace entre los griegos como reflejo de una actividad concreta y guerrera: en momentos previos a una posible guerra los atenienses enviaban al territorio del enemigo dos adelantados o “theoros” que con el pretexto de buscar la concordia tenían encomendada la tarea de ponderar y calibrar los ánimos y fuerzas del adversario. Con el paso del tiempo la Teoría devino en un concepto relacionado con la elaboración de hipótesis que sirven para abarcar e interpretar un conjunto de observaciones sobre un hecho o situación.

Una teoría no es una llegada, es la posibilidad de una partida. Edgar Morin

Estamos a tres meses de unas elecciones generales cuyos resultados, sean estos o aquellos, nos obligaran a sopesar, delimitar y acaso redefinir las estrategias necesarias y convenientes para llevar a cabo los objetivos que como partido comunista nos significan: la corrosión y demolición de un sistema económico, el capitalismo, que nos violenta y mutila al hurtarnos la posibilidad de ser dueños de nuestra propia historia. Nos esperan (y algo nos desesperan) unas elecciones y ahora, en medio de la apresurada refriega ideológica con que la actualidad electoral trata (con éxito) de proclamarse como única realidad a atender, es más conveniente que nunca volver a reflexionar sobre el campo de batalla y las pertinencias ideológicas de nuestros adversarios.

Una teoría no es el conocimiento que permite el conocimiento. E. M

Está claro que estas elecciones van a estar determinadas por las nuevas condiciones que la crisis del 2008 trajo consigo para una buena parte de la población dando lugar a movimientos sociales y políticos de protesta -15M, Mareas, PAH- y de contraposición explícita como la encarnada por nuevos partidos como Podemos y Ciudadanos. Dos partidos que, cada uno a su manera, aparecen como “pescadores en río revuelto”, entran en competencia con los partidos que hasta el momento habían tenido protagonismo con mayor menor relevancia, y provocan la actual e incierta situación pre-electoral. Digo “río revuelto” porque es evidente que la crisis trasladó a muy distintas capas sociales daños y padecimientos que hicieron crecer estados de ánimo de indignación, malestar y rechazo que si bien no dieron lugar a revueltas que amenazaran la convivencia civil (los enfrentamientos de Gamonal como excepción) sí que alteraron el mapa y el consenso político al dar expresión política y réplica al recortarse las aportaciones de un salario social duramente conquistado durante el franquismo y preservado durante los largos años de una Transición democrática que hasta la crisis nadie puso en cuestión. De la lectura de una España encantada de haberse conocido se pasó al descontento como estado de ánimo de una mayoría que al fin reaccionaba y se dejaba ver como fuerza civil y moral contra la corrupción y el desastre económico. Y en ese río revuelto y transversal del descontento es donde la nuevos y viejos pescadores están, y estamos, echando las redes, anzuelos y cebos electorales.

Una teoría no es una solución, es la posibilidad de tratar un problema. E.Morin

Para nosotros y nosotras, los comunistas, pescar en la aguas electorales no deja de ser un elemento táctico de alcance limitado pero necesario en cuanto debe ser ocasión para hacernos visibles como fuerza que impulsa el proyecto de una sociedad no construida por el egoísmo que la rentabilidad capitalista inevitablemente insufla a todo el conjunto social. Nosotros, los comunistas y las comunistas, somos conscientes de que la actualidad no deja de ser un momento transitorio de una realidad atravesada por la lucha de clases y es ese saber el que nos evita caer en lecturas sociológicas que no dejan ver la tierra sobre la que crecen esos famosos árboles que no dejan ver el bosque.
Todos lo partidos políticos, tanto los nuevos como “los viejos” están enfocando sus campañas electorales en busca del voto de los descontentos y descontentos hay en todos los sectores de nuestra sociedad, tanto en la derecha, el centro o la izquierda. El PP trata de reconducir a sus descontentos, Ciudadanos trata de asegurarse el voto de los descontentos del centro y centro-derecha (que los hay), el PSOE los del centro y los de centro-izquierda que se piensan como izquierda, mientras que Podemos con su transversalidad interclasista dirige su capacidad de seducción hacia los votantes de centro, centro-Izquierda e izquierda, es decir, IU. Nosotros, los comunistas y las comunistas seguimos sin embargo empeñados en mantener nuestras categorías políticas: burguesía y proletariado y nos dirigimos no a los descontentos sino a los explotados y oprimidos por el sistema capitalista. No es que despreciemos categorizaciones como indignados, precarizados u honradas gentes, por más que nos parezcan confusas. Nos apoyamos en el patrimonio teórico que desde Marx en adelante tenemos y repensamos. Y es desde ahí, desde la Teoría, donde nos parece conveniente considerar, para no llevarse a decepción, que, como la dialéctica nos dice, si todo concepto lleva en si su contrario, debemos tener presente un factor del que apenas se habla y teoriza: los contentos.

nos negamos a que nos roben la alegría porque somos presente y necesitamos ser futuro. Anabel García, Secretaria General de la UCJE.

Cierto que la degradación económica ha colocado en umbrales de pobreza a una parte importante de la población pero también es bueno pasearse por tiendas, bares y demás industrias del ocio y el entretenimiento y observar que los contentos existir no existen pero haberlos haylos y no son pocos. No se concluye de esto que los contentos vayan a votar al PP y los descontentos a Podemos o IU. Hay contentos en todas las filas y hasta se podría ironizar sobre como buena parte de los indignados del 15M se reconvirtieron en militantes de Podemos más contentos que unas pascuas cuando a partir de la elecciones europeas se miraban como opción de gobierno y declaraban que con la ayuda de la buena gente, viva la gente, lograrían reformar radical y pacíficamente el sistema: la revolución ha venido y nadie sabe como ha sido. De los contentos líbrenos dios aunque mucho me temo que de ellos podría ser el reino de las urnas. Pongamos ilusión y esfuerzo en esta batalla electoral pero no pequemos de ilusos: hay más contentos de los que nos gusta imaginar. Más allá de las urnas la lucha de clases deberá seguir siendo nuestro campo de batalla. La lucha de clases como teoría, la lucha de clases como praxis.

Publicado en Mundo Obrero, Noviembre 2015

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