Marx
y Menos IV
Ser y no ser.
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Hola Menos ¿cómo te va la vida?
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Bien Marx, bien. ¡ Feliz Cumpleaños! bueno ¡Feliz Cumplesiglos?
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Pues sí, que ya son dos ¡Cómo pasa el tiempo!
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Estarás contento con tanto festejo.
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Siempre es grato que se acuerden de uno. Aunque si te digo la verdad
en muchos casos parecería que molesta que siga vivo.
-
Tampoco te extrañe porque para muchos sigues siendo un aguafiestas.
Pero muchos son también los que te celebran y además, que como el
cumple te pilla con la crisis cerca pues ahora se te recuerda mucho
más que antes de la crisis.
-
Razón no te falta. No es que diga que no hay mal que por bien no
venga, pero es cierto que la crisis me ha supuesto algo así como una
pequeña transfusión de sangre revolucionaria.
-
Y académica también amigo Marx. Que he visto muchos homenajes,
libros, conferencias y hasta biografías en tu honor.
-
Sí. La verdad es que no debería quejarme pero...
-
ay Marx, tú siempre con los peros, con la crítica, sin polémica
parece que no vives.
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Es que si no hay polémica es señal de que estás muerto.
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Vale, vale, dime entonces de qué te quejas.
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Más que quejarme me desconcierto.
-¿Por?
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Pues no sé muy como decirte. Por un lado es como si dejasen de
recordar lo que no fui ni soy. Y por otro parecen empeñados en
olvidarse de lo que sí fui y soy.
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A ver, explícate un poco que no te entiendo. ¿Que es lo que te
reprochan no ser?
-
Lo resumiría diciendo que parecen empeñados en acusarme de no ser
su contemporáneo. Lo cierto es que tienen una idea bastante reducida
de lo que es la contemporaneidad. Cómo si por no tener acceso a
Internet ni móvil ni conocimiento de las leyes de la termodinámica
ya estuviera muerto, superado, inútil. Lo curioso es que estos
mismos que no dejan de darme de baja por no haber conocido el
postfordismo ni los cambios en la distribución geográfica y
sectorial de los puestos de trabajo no dejan de reivindicar a Kant o
de Adam Smith que, vamos, de termodinámica cero. Hablan y hablan de
las nuevas condiciones del capitalismo como si el capitalismo hubiera
dejado de ser capitalismo, es decir, extracción de plusvalías.
Hablan de economía financiera como si hubiera dos economías
independientes en lugar de analizarlas como las dos caras
complementarias de una misma moneda basada en las expectativas sobre
las plusvalías futuras. Da la impresión de que hablan de
globalización del capital como algo diferencial cuando si hubieran
leído, no ya el El Capital, sino El Conde de Montecristo podrían
comprobar como el capital financiero, que de ficticio no tiene nada,
ya viajaba a toda velocidad por los hilos del telégrafo hace más de
siglo y medio. Hablan de ficción pero se olvidan de las bases
materiales de la verosimilitud.
-
Joder Marx, ya veo que estás algo quemado pero también tienes que
comprender que es lógico que encuentren en falta que no tuvieses en
cuenta categoría ahora tan presentes como la emancipación de la
mujer o la sostenibilidad de los recursos naturales.
-
Bueno, no me hagas hablar que no quiero que se me caliente la boca.
Son ellos los que deberían tener en cuenta que esas desatenciones
más que ausencias tienen lugar dentro de una obra que está
encaminada a proveer de argumentos a las fuerzas sociales que en
aquellos momentos tenían presencia para intervenir en la lucha de
clases. Toda mi teoría estaba y está atravesada por la necesidad de
la praxis revolucionaria en cada momento concreto, en aquel aquí y
ahora donde ni el movimiento de liberación de la mujer ni el
ecologismo todavía habían emergido como fuerzas sociales de
transformación. Y además tampoco se me puede reprochar tanto esas
carencias. Al hablar de la reproducción de la fuerza de trabajo y de
las condiciones de subsistencia dejaba abierta la puerta para que se
abordase la cuestión del trabajo doméstico como un espacio ni
social ni económicamente considerado. Y sobre la cuestión de los
recursos no dejo de expresar en algunos momentos mi denuncia sobre la
explotación de la tierra. Pero no se trata de eso. Por un lado me
acusan de profeta fracasado y por otro me reprochan no haber
adivinado el futuro.
-
Hombre Marx, es que han pasado más de siglo y medio desde que
anunciaste la caída del capitalismo y ahí seguimos.
-
Yo no deje eso, hable claramente de que la cosa podía tener otra
salida “por el peor lado”. Dije y vuelvo a afirmar que la caída
gradual de la tasa general de beneficio es una expresión singular
del modo de producción capitalista y que esta tendencia acabaría
provocando su propia ruina pero también hablé, y esto nadie parece
querer recordarlo, que se podía explicar - y me cito- el “por
qué esa caída no es mayor o más rápida acudiendo a la actuación
de atenuantes o influencias contrarrestantes que obstaculicen y
anulen el efecto de la ley general y la dejen solo el carácter de
una tendencia, razón por la cual hemos llamado a la caída de la
tasa general de beneficio “caída tendencial”. Parecería que
el único que leyó este capítulo décimo cuarto del Libro III de El
Capital fue Keynes que, a partir de entender esos atenuantes
,procuró que los Estados pusieran en marcha políticas económicas
que favoreciesen la presencia y fuerza de esos atenuantes.
-
Cuáles eran, que ahora no los recuerdo.
_
Tu quoque, filio meo? Pues el Aumento del grado de explotación del
trabajo, la Comprensión del salario por debajo de su valor, el
Abaratamiento de los elementos del capital constante, La
sobrepoblación relativa, el incremento de El comercio exterior y
El aumento del capital por acciones. Es decir y en resumen, el fuerte
incremento de la productividad ligado a las fuertes transformaciones
de las tecnologías de la producción, circulación y
comercialización de las mercancías.
-Bueno,
no te enfades. Que ya que mencionas lo del valor ahí la cosa parece
admitir mucho debate.
-
Pues venga, que también le tengo ganas a ese debate.
-
Habrá que dejarlo para otro día, que ahora es tarde y además te
has sulfurado demasiado y no quiero que te dé ese infarto teórico
que tantos están deseando.
-
Vale, pero no caigamos en eso tan español del “siempre mañana y
nunca mañanamos”, que también quisiera hablar de cómo con tanto
discurrir sobre lo que Marx no es se les olvida hablar de lo que
Marx sí es: el que habló de la propiedad privada de los medios de
producción como causa de la explotación y de la dictadura del
proletariado como necesidad histórica para el paso hacia una
sociedad sin explotación. No es que yo vaya en plan de Yo soy el
que soy pero tampoco me parece justo que quieran retratarme como un
yo soy lo que no soy.
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